El traslado de la Dirección General de Emergencias y Protección Civil desde el edificio sito en la Avda del Mediterráneo a la Casa de Campo, constituye la enésima muestra de otro proyecto estrellado que roza el ridículo cuando en la denominada a bombo y platillo “Ciudad de la Seguridad”, dicha cualidad brilla por su ausencia dentro de las condiciones en las que los funcionarios adscritos a esta dependencia desarrollan habitualmente su actividad.
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